Entrevista con el sueco que desarrolló el fútbol champagne en la Samp de los 90'.
Sven Goran Eriksson
71 años cumplidos. Todo pasa…
SGE – «Por supuesto que los años pasan. Y luego piensas, "¿A dónde fue la vida?" Tan rápido, pero también tan hermosa. Pero no estoy triste. Estoy sano, practico deporte, me siento vivo».
¿Todavía juega al tenis?
SGE – «Corro todos los días. Y en la casa tengo un gimnasio y una piscina. Tenis un poco menos, sobre todo en invierno. Aún recuerdo los partidos contra Borea (ndr, ex dirigente de Sampdoria en los años 90), en Bogliasco solíamos tener buen tiempo».
¿Prefiere entrenar un club o un equipo nacional?
SGE – «Un club. Pero haber dirigido a Inglaterra, los maestros del fútbol, sigue siendo un gran orgullo».

Trabajó muchos años en Italia. La primera experiencia en Roma: ¿la recuerda?
SGE – «Lugar cálido, caótica pero emocionante. He entrenado tanto a Roma como a la Lazio. Y si ganas allí, la vida es más bella todavía. Con Roma ganamos una Coppa Italia y con Lazio un scudetto. Cuando eres el primero y abajo tuyo están Juve, Milan o Inter, siempre es algo muy grande, porque el 90% de los campeonatos los ganan entre ellos 3».
Después Fiorentina…
SGE – «La hermosa Florencia. Y un joven Baggio: venía de tantas lesiones, pero estaba claro que iba a ser un gran jugador, tenía una técnica superior, una visión del juego, regate y un pie muy rápido».
¿Cuántos recuerdos lo vinculan a Sampdoria?
5 temporadas, 6 Derby Della Lanterna. Para usted, el balance general fue positivo en el clásico: 2 victorias, 3 empates y 1 derrota. ¿Algún recuerdo particular de los duelos contra Genoa?

Entrenó a equipos muy prestigiosos, a nivel de clubes y nacional. ¿Pero qué recuerda de aquella Sampdoria? Usted llegó en un momento determinado, teniendo que reemplazar a Boskov que venía de ganar un scudetto y de la decepción de la final de la Copa de Europa que perdió ante Barcelona.
SGE – «Recuerdo 2 figuras fundamentales en esa Sampdoria, que en cierto sentido lo sostuvieron todo. El primero, sobre todo, fue el presidente Paolo Mantovani. Con él, y gracias a él, junto con su familia y luego también bajo la presidencia de su hijo Enrico, viví 5 años extraordinarios, una sociedad que era una familia. Fue un período muy importante. Lo pasé muy bien con ellos. Amaban a Sampdoria».
¿Paolo fue el mejor presidente que ha tenido?
SGE – «Yo diría que sí. Era diferente a todos, trabajar con él fue un placer. Cuando perdía un partido, en lugar de criticarme, venía y me decía: "Eriksson, ¿cómo podemos ayudarte? ¿Necesitas algo?" Nunca había visto un presidente así. Y se ocupó de todo y de todos, desde el primero hasta el último».
¿Y la otra figura fundamental?
SGE – «Mancini, sin duda. Gran personalidad tenía Roberto. Todo el equipo giraba en torno a él. Teníamos un espíritu de grupo excepcional, que en mi segunda temporada, la 93-94, incluso nos permitió llegar casi al segundo campeonato de la historia sampdoriana. Pero terminamos terceros y nos conformamos con ganar la Coppa Italia. Hermosos años. Roberto era el símbolo de un grupo que podía contar con otros jugadores fundamentales que quedaron en la Samp después del scudetto. Pienso en Vierchowod, Lombardo, Pagliuca, Mannini, Invernizzi, Lanna. Y a su alrededor, importantes jóvenes que se convirtieron en los campeones del mañana».
¿Por ejemplo?
SGE – «Clarence Seedorf. Llegó a Génova con tan solo 19 años. Pero fue el clima que se respiraba en el club, el que me permitió realizar una experiencia hermosa. Nunca olvidaré esos años. Espero que este año Sampdoria pueda volver a Europa. La familia Mantovani había sido genial. Todos trabajábamos para construir algo importante, sin fatiga ni tensión excesiva».
¿Tiene su top 11 blucerchiato?
SGE – «La Samp del 93-94 pero con Verón incluido, un genio del fútbol. Sin olvidar a Seedorf o Karembeu, dos muy grandes jugadores».
También tenía a Chiesa y Montella: ¿A quién elige entre los dos?
"Enrico era muy fuerte, pero yo digo Vincenzo: en el área era mortal, he visto muy pocos como éste».
¿Volvería a entrenar en Italia?
SGE – «Claro, pero es poco probable que suceda. Los años pasan, he estado mucho fuera de Europa y la gente se olvida. La vida es así, pero continúa».

Tuvo una intensa experiencia en China: ¿Cómo le fue?
SGE – «Muy bien. Apuesto a que China luchará para ganar una Copa del Mundo de acá a 15 años. Primero los niños jugaban al ping-pong, al bádminton. Ahora todos hacen fútbol y con más de mil millones de habitantes yo creo que saldrán muchos talentos».
¿Cómo lo ve a Mancini como entrenador de la Nazionale?
SGE – «En Italia hay 3 o 4 grandes entrenadores adecuados para ese papel. Uno de ellos es Mancini. Los otros son Ancelotti y Conte».
Hay tantos de sus alumnos que hoy son entrenadores…
SGE – «Y me da un enorme placer. El último en entrar al club fue Simone Inzaghi. Es increíble para mí y me hace muy bien. Pero el que más se parece a mi es Mancini: vivimos juntos durante 9 años».
¿Podemos decir que Mancini fue el jugador que más quiso?
SGE – «Mancini era Sampdoria. Era jugador, entrenador y utilero, vivía para el club. Y luego el Gullit del primer año, estratosférico, ansioso por demostrarle a la gente de Milan que no era un jugador terminado. Roberto y Ruud están entre los más fuertes que he entrenado, junto con Nesta, Beckham y Scholes».
¿Un campeón al que le hubiera gustado entrenar?
SGE – «Maradona. En algún momento tuve la oportunidad de entrenar al Barcelona. Diego está entre los 3 mejores de la historia, el más grande de su era. Como Pelé antes, y Messi y Cristiano Ronaldo hoy».
Mister, seamos sinceros: además de ser un gran entrenador, también es conocido en Europa por ser todo un latin lover. ¿Es asi?
SGE – «Desafortunadamente (risas)».
O afortunadamente, muchos lo envidian…
SGE – «En los años que estuve en Génova me divorcié. Y claro, después no viví solo. He conocido a muchas mujeres, pero nunca me he vuelto a casar y estoy muy feliz así. Ahora tengo una gran compañera: Yaniseth, una ex modelo de Panamá. Estamos bien, pero no vivimos juntos».
¿Son las mujeres italianas las más bellas?
SGE – «Pongámoslo de esta manera: en Italia tienes suerte. Es probablemente el país más hermoso del mundo. Ciertamente tienes la mejor comida del mundo y bueno… las mujeres. ¡Forza Samp!
Perdón, ¿puedo decirle algo más? Saludos a todos los blucerchiati que me recuerdan en Génova».
©2019 Reproducción reservada
Fuente: La Gazzetta Dello Sport / il Secolo XIX
Fuente: La Gazzetta Dello Sport / il Secolo XIX
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