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    jueves, 8 de noviembre de 2018

    Los 80 años de Menotti: “El balón es poesía, se juega como se vive pero hay espacio para todos”

    César Luis Menotti

    Entrevista al entrenador argentino campeón del Mundo con Argentina y ex DT de la Samp.

    César Luis Menotti

    "El Flaco" cumplió 80 años el pasado 5 de Noviembre, nació en Rosario un 22 de octubre pero fue inscrito "oficialmente" el 5 de noviembre de 1938, ha dirigido al Barcelona, Boca, River, Atlético Madrid y la Sampdoria (1997) entre otros, artífice de la refundación y reorganización del fútbol argentino que lo llevó a ganar el Mundial de 1978. A continuación la transcripción de la nota hecha en Buenos Aires por Paolo Galassi y publicada en el periódico italiano Repubblica.

    El técnico argentino que ganó el Mundial ’78:

    “El fútbol siempre ha sido la alegría del pueblo, no el opio. Es el único espectáculo que llena teatros de 70,000 asientos cada domingo”

    Menotti en SampdoriaBUENOS AIRES. Mismo bar, misma mesa, mismos amigos. La banda del Flaco espera en la esquina entre Esmeralda y Paraguay, afuera del Café Saint Moritz, donde un joven Borges venía a tomar el té con la madre Leonor Acevedo. Entre el elegante Barrio Norte, con sus techos oscuros de pizarra estilo París, y la caótica city de todos los bancos y corredores. El diariero Carmelo es el único que conoce la agenda de Menotti: inútil llamarlo, cuando se acerca su cumpleaños El Flaco no atiende a nadie.

    César, son 80 velas
    ‒ «El 10 no lo recuerdo, el 20 te hace feliz, al 30 sos un tipo grande. Los 40 y 50 son la mejor edad, si estás bien. A partir de ahí el camino empieza a acortarse».

    Se vuelve más sabio?
    ‒ «Pero qué sabio! Al contrario. Lo peor es que se pierden las ganas. La sabiduría nace de la participación. Con la edad te cansas antes y la sabiduría se va la mierda».

    Se resigna?
    ‒ «Yo sigo discutiendo y estudiando como si debiese vivir otros 80 años, y aún así las cosas que antes me hacían rebelde y combativo ahora me dan tristeza, ese es el problema».

    El pasar del tiempo lo preocupa?
    ‒ «No me importa el tiempo que pasa, pero sí la profunda desculturalización de la sociedad, en particular la Argentina. Me hace mal la gran mentira del progreso. Sin un presente sólido, qué futuro puede haber?».

    Qué es lo que le da miedo?
    ‒ «Busco escapar de la decadencia que escucho en los medios, en la cultura, en las conversaciones. Somos un país que se disuelve en la nada. "No nos une el amor sino el espanto" decía Borges. Y es verdad».

    Se acerca el final del camino: inevitable pensarlo?
    ‒ «Sí, lo pienso. No se puede evitar. Mi padre murió temprano, cuando tenía 15 años. Era hijo único y fui inmediatamente detrás de los mayores. Y esos que antes eran más grandes ahora están comenzando a irse».

    Menotti y Passarella, Mundial '78

    Tiene nostalgia de algo?
    ‒ «Sí, la tengo. No tanto de la actividad, de la participación, sino de otra época. Los negocios han roto la relación entre la gente y los jugadores, que a veces pierden de vista el compromiso. El orgullo de poder representar a la gente. Los grandes escenarios los han creado ellos, teatros de 70.000 butacas llenos cada domingo: no lo ha hecho ningún otro espectáculo. Sólo el fútbol, la pelota ha sido siempre la alegría del pueblo, no el opio. Un hecho cultural».

    Qué deja como herencia?
    ‒ «Haber reivindicado un estilo, una genética del fútbol argentino. Que debe ser respetada, sin inventar cosas extrañas. No son iguales argentinos, uruguayos y brasileños, como no los son españoles e italianos».

    Cuándo se dio cuenta?
    ‒ «Jugando en Brasil, al final de la carrera. En el '68 era suplente en el Santos de Pelé y Clodoaldo, después campeones del mundo en México. El año siguiente con la Juventus de San Pablo cruzábamos gente como Rivelino y Tostão. Al volver a Argentina comienzo a entrenar, y sólo eran patadas y palizas. Agarro Huracán en el '71 y en el '73 ganamos a lo grande. Por eso me llamaron a dirigir la Selección, no por la experiencia sino porque habíamos ganado jugando bien».

    El inicio del proceso Menotti
    ‒ «Comienzo a defender el trabajo y el oficio del entrenador. De la Selección del '74 no quedó ninguno, no tenía delanteros con un mínimo de experiencia. Organizamos varias selecciones con jugadores del interior que podían entrenarse juntos, era inútil que se juntaran antes de un partido oficial. Así aparecieron  los Kempes, Passarella, Ardiles. Los llevábamos a jugar a Mar del Plata contra Boca y River para fortalecer la relación con el público. Tenían que escuchar también silbidos e insultos, si era necesario. Como de chicos con los padres, si te comportas mal: que la gente los reprobara, pero por un buen propósito».

    Menotti y Bilardo

    Menotti y Bilardo: dos escuelas opuestas
    ‒ «Con él siempre he tenido una relación cordial, nuestra rivalidad ha sido producida por los medios, con periodistas que se mataban entre ellos. Nunca peleé con alguien porque pensara distinto que yo. Puedo discutir las ideas, no las personas».

    Con el Doctor el tiempo ha sido menos clemente. Qué le provoca saber que está enfermo?
    ‒ «Me hace mal, mucho. Tanto que no le hablo. Ha dado la vida por la pelota. En lo único que siempre estuvimos de acuerdo es que el fútbol te quita todo a nivel afectivo, cuando lo jugás y cuando lo entrenás».

    Menottismo y Bilardismo: tiene sentido seguir hablando de eso?
    ‒ «El fútbol da espacio a todos. A mi me gusta tener la pelota. La quiero tener siempre para mi. No es un tema personal, es otra forma de vivir el fútbol, una diferencia de estilo de vida. Al final, se juega como se vive. No quiero decir que sea mejor que uno al que tener la pelota no le interesa, como Diego Simeone. Respeto a quien tiene una idea y la defiende».

    A quién no soporta?
    ‒ «Al que dice que ganar es lo único que importa. Peor cuando me dicen "ganar como sea". Hay formas y formas. El hincha quiere ganar jugando bien, mejor se juega más contenta está. Los equipos más grandes de la historia han ganado jugado bien. El Milan de Arrigo Sacchi y la Holanda de Cruyff, que no ha ganado pero sí revolucionado el modo de pensar el fútbol. El Barça de Pep Guardiola».

    Menotti y Cruyff

    Guardiola y Simeone: sus herederos?
    ‒ «Sólo son dos ejemplos, hay muchos otros. Simeone tiene su idea y la lleva adelante a su manera, y Guardiola tiene otra, que no la abandona nunca. A mi me gusta Pep porque me gustaban Cruyff, Rinus Michels o Sacchi, mientras Helenio Herrera me hacía doler la cabeza. Si soy un jugador quiero la pelota en los pies todo el tiempo, no quiero correr detrás de un balón para tocarlo tres veces en 90 minutos. Incluso si gano».

    No me atrevo a pedirle módulos
    ‒ «El discurso es simple: Do, Re, Mi, Fa, Sol. El Do puede ser largo o corto, pero nunca será un Re. Hoy un entrenador inventa una frase, un periodista la repite y nace un nuevo idioma: 4-2-3-1, 4-3-1-2, pero dónde lo ven? El fútbol es dinámico y la pelota es como una poesía, empezás a leerla y no sabés con que te encontrarás».

    Menotti en Sampdoria, 1997


    Fuente: Repubblica por Paolo Galassi (@faceva_il_palo), publicada el 1 noviembre 2018.
    Fotos Deutschlandfunk; El Gráfico; futbol-tactico; mundoalbiceleste; thesun.

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